Todos conocemos el gancho de Madrid como ciudad ideal para el shopping y la influencia que esto tiene en la llegada de visitantes a la ciudad. Es en este sentido que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido dar libertad a todos los comercios madrileños para que puedan abrir a cualquier hora, todos los días del año, sea cual sea su superficie.
Es el texto del anteproyecto de Ley de Dinamización del Comercio madrileño que con toda seguridad entrará en vigor la próxima primavera. Cualquier establecimiento comercial de Madrid podrá elegir cuándo quiere abrir al público, sin restricción de horarios ni de sectores. En principio es una buena noticia para los consumidores y mejor aun para los turistas (diez millones al año), aunque hay voces en contra.
Los sindicatos por un lado, que temen que se cometan abusos en cuanto a los horarios de trabajo de los empleados de los comercios, y las asociaciones de pequeños comerciantes por otro, las cuales aseguran que estas medidas les ponen en clara desventaja ante la competencia de las grandes cadenas y superficies, son los colectivos que se muestran descontentos con esta futura ley.
Mirando el otro lado de la balanza, Madrid se pone a la altura de grandes capitales como Tokio, Londres o Nueva York, las ciudades que «nunca duermen» y que siempre ofrecen numerosas opciones de ocio y shopping a sus visitantes, tanto entre semana como en fin de semana o días festivos. También ello supondría, en teoría, la creación de más puestos de trabajo.
En fin: nunca llueve a gusto de todos y resulta difícil saber qué es mejor, aunque la idea de poder pasear un domingo por Madrid con todas las tiendas abiertas es realmente seductora para turistas y visitantes.