Más que una calle es un arteria de la capital. La Gran Vía de Madrid es una calle que conecta la Plaza de España con la Calle Alcalá. Tiene 1.300 metros, una anchura entre los 25 y los 37 metros y algunos tramos una fuerte pendiente de hasta 7º de inclinación.
Pasear por la Gran Vía es una experiencia que todo aquél que acudan a conocer la capital de España debe acometer. El primer tramo, el comprendido entre la Calle Alcalá es el más pintoresco, con edificios antiguos y muy bellos, como el Metrópoli. También es sede de algunas instituciones importantes, como el Tribunal de lo Contencioso. Entre la Red de San Luis y la Plaza de Callao, es la zona más comercial. Aquí se ubican tiendas de grandes marcas internacionales, como Zara, H&M, Nike… También es la sede de la famosa administración de lotería Doña Manolita, de empresas como telefónica o de medios de comunicación, como la Cadena ser.. Desde la Plaza de Callao, muy próxima a la Puerta del Sol, hasta la Plaza de España, se le conoce popularmente como el Broadway madrileño. En este tramo se concentran multitud de cines y teatros, donde se representan obras, musicales y tienen lugar los estrenos de cine. Es la parte con más glamour de la Gran Vía.
Junto a las tiendas, los turistas y los madrileños de a pie, se entremezclan una fauna de personajes muy singulares y que dan carácter y personalidad a la Gran Vía. Prostitutas, carteristas, mendigos y camellos, conviven ejecutivos, famosos y jóvenes, ricos y pobres. Así es la Gran vía, una calle llena de vida, que no duerme, que no descansa, que está abarrotada las 24 horas del día. También hay numerosos cafés, restaurantes, bares de tapas y una gran vida nocturna, pues hay varios locales de copas y discotecas.
Recientemente cumplió 100 años de historia, una historia marcada de hechos relevantes y anécdotas de la intrahistoria española. La Gran Vía es, sin duda, el centro neurálgico del Madrid cosmopolita.