
Por extensión hablamos del segundo museo más grande de Madrid, sólo superado por El Prado. El Museo de Ciencias Naturales tiene su origen en el año 1772, cuando el rey Carlos III ordenó su construcción para deleitarse con una de sus más sonadas aficiones, la naturaleza y el mundo animal.
Después de ocupar diversas localizaciones en su historia, no fue hasta el 1815 cuando se instaló definitivamente en su actual emplazamiento, en el antiguo Palacio de la Industria.
Está gestionado por el CSIC, un organismo que se encarga de la difusión y protección de la ciencia y la innovación en España. En los pasillos del museo trabajan más de 300 personas, entre profesionales, científico, administrativos y resto de personal.
Las ramas principales del Museo de Ciencias Naturales son la Geología, la Vulcanología, la Paleobiología, la Ecología y la Biología, centrándose ésta última sobretodo en la evolución.
Es uno de los lugares favoritos de los más pequeños de la familia, dado que ostenta una completa colección de dinosaurios, con restos fósiles de Diplodocus y Terasauiros. Además hay una zona donde se recrea como era el entorno de estos animales prehistóricos, cómo vivían, como cazaban y diversas interpretaciones de porqué se extinguieron.
En efecto, el reino animal posee una gran presencia en este museo, aves, reptiles, peces, anfibios y mamíferos, cada una de las grandes ramas en la que se subdividen las especies animales del mundo tienen un lugar destacado en este museo. En total se calcula que entre los expuestos y los que se conservan en los fondos del recinto, hay más de 6 millones de ejemplares.
Las exposiciones de carácter permanente se han distribuido en 3 secciones: una dedicada a la historia natural, con referencias a la evolución de los seres vivos hasta el hombre. Otra parte destacada es la referente al Mar Mediterráneo, donde se pueden conocer todos los aspectos de este mar de la cultura, como su flora, su fauna y también su arte y la cultura de las civilizaciones que lo han surcado. Por último, la sección destinada a los animales, seguramente la de mayor valía del museo.