El último objetivo de Madrid como destino turístico es el de atraer a visitantes procedentes de Israel: un estado de siete millones de habitantes con una tasa de desempleo mínima y gran poder adquisitivo. La mejor manera de consuistarlos, a través del estómago, promocionando la cocina kosher.
En este año que acaba, solo 40.000 ciudadanos israelías se han dejado seducir por los encantos de la capital de España, casi siete veces menos de los que recibe por ejemplo Barcelona.
Uno de los obstáculos para que el turismo israelí fluya hacia Madrid es la ausencia de establecimientos preparados para cocinar y servir alimentos (kosher) bajo los preceptos bíblicos de la religión judía.
En otras ciudades como París, Londres o Nueva York hay cientos de restaurantes donde se sirve cocina kosher, mientras que en Madrid solo existe uno. Esto supone una deficiencia que anula todas las ventajas y atractivos que posee españa como país con una larga tradición judí ay un importante legado sefardí.
Estas normas particulares sobre la alimentación no son las únicas que deben tener en cuenta los hosteleros madrileños de cara a atraer al turista judío. Está por ejemplo la cuestión del respeto al Sabbath, el día santo de la semana judía en la que está prohibido usar la electricidad, o la opción aun no explotada de adecuar los hoteles y restaurantes de la capital para organizar y celebrar la ceremonia del Bar Mitzvá.
Además de todo esto, la clave para atraer a este tipo de turismo pasa sin duda por el aprovechamiendo del potencial de otros atractivos como las juderías históricas que hay alrededor de Madrid como las de Toledo, Ávila o Segovia.