El mes de julio es tradicionalmente el de la temporada alta en el Hipódromo de la Zarzuela. Los amantes de las carreras y los caballos acuden cuando el sol se marcha, a partir de las 21 horas, para disfrutar de una noche en las carreras. También muchos turistas.
Las nocturnas son una excelente idea para estas veladas estivales, llenas de emoción y aire fresco, una larga tradición que cautiva no solo a los enamorados de este deporte, sino también a muchos, madrileños o turistas, que simplmente quieren pasar un rato agradable.
Hasta la última carrera, que se inicia a las 00.35 horas, los visitantes tienen a su disposición una amplia oferta de ocio y restauración que combina el disfrute de los bares y restaurantes del hipódromo, en uno de los recintos más emblemáticos de la capital, con la emoción de las carreras en directo.
Los restaurantes abren antes para que todo el mundo pueda cenar antes de irse a ver las carreras, aunque también permanecen abiertos durante al celebración de las mismas. Hay mucha variedad de menús y de ofertas. Y eso sin olvidar el ambiente musical de los jardines del hipódromo, donde hay conciertos, funcionan los bares y hay otras muchas actividades de ocio.
Quien quiera ir en su propio vehículo, el hipódromo dispone de un amplio aparcamiento con más de dos mil plazas. Para lso que prefieran desplazarse con el transporte público los jueves se habilita un servicio de autobuses gratuitos que, desde las 20:15 horas hasta las 2:00 horas, realizan un trayecto ininterrumpido desde el intercambiador de Moncloa y la plaza de la Cibeles.