Quien podía imaginarse allá por las primeras décadas del siglo XVII que la zona en la que hoy se ubica el Parque del Retiro, auténtico pulmón verde de la ciudad, se iba a convertir en uno de los principales destinos de turistas y madrileños unos siglos más tarde. En aquella época apenas eran unas simples tierras de labor, pequeños bosques que no llamaban demasiado la atención.
Sin embargo, en 1630 el Conde Duque de Olivares decide adecentar la zona y construir una zona de recreo y ocio para los monarcas, en este caso pensando en Felipe IV. Así comenzaron los trabajos junto al Monasterio de San Jerónimo el Real, el único gran atractivo que existía en aquellas tierras.
La noche de San Juan de 1631 fue inaugurado oficialmente lo que hoy se conoce como el Parque del Retiro, el parque madrileño más conocido y frecuentado. Años más tarde se construiría en él un palacio real de recreo que, desgraciadamente, quedó en ruinas tras la Guerra de la Independencia. Tan solo se salvaron el Salón de Reinos, que hoy alberga el Museo del Ejército, y el Casón.
Afortunadamente el rey Fernando VII comenzó de nuevo a rejuvenecer el destruido parque, ajardinando la zona y construyendo pequeñas edificaciones. Ya existía el enorme estanque desde la época original y, a partir de ahí, a finales del siglo XIX se edificaron lugares tan emblemáticos del parque como la Fuente del Ángel Caído, el Palacio de Cristal, el Palacio de Velázquez y las principales rosaledas.
En 1922 se construyó uno de los monumentos más significativos del parque, y que seguramente habéis visto en muchas postales e imágenes. Se trata del monumento a Alfonso XII, que se sitúa presidiendo el estanque. Hoy a su alrededor podemos encontrar artistas callejeros, niños, familias, pintores… Un bullicioso enjambre que, especialmente los domingos por la mañana, disfruta del parque.
Yo os recomendaría que no solo os quedárais en el estanque y el típico paseo en las barquitas, sino que fuérais más allá. En todo el recinto del parque podemos visitar el Paseo de las Estatuas, rodeado de una larga hilera de estatuas de la monarquía española, la Rosaleda, diseñada en 1915 por el jardinero Cecilio Rodríguez, la Casita del Pescador, el magnífico Palacio de Cristal, construido en 1887, y todos los jardines, fuentes y estatuas que encontraréis en el recorrido.
Ni que decir tiene que el Parque del Retiro es el pulmón verde de Madrid, un gran espacio de ocio en el que descansar, hacer deporte, pasear… Una visita más que imprescindible para huir un poco del bullicio de la capital.
